Revista Cintilatio
Clic para expandir

Delante de ti (In Front of Your Face) (2021) | Crítica

Una mirada al tiempo
Delante de ti, de Hong Sang-soo
Hong Sang-soo vuelve a convertir lo ordinario en actos de relevancia y delicioso lirismo. A través de una mirada siempre a una distancia prudencial de su objeto de estudio, frecuenta el espectro emocional humano sin necesidad de irse a los extremos.
Gijón | Por David G. Miño x | 4 diciembre, 2021 | Tiempo de lectura: 5 minutos

Hay lugares comunes que no lo son tanto. Hong Sang-soo de nuevo da la vuelta a sus inquietudes en una obra que discurre entre la más absoluta de las cotidianidades y la magia más recóndita: la poesía más densa de aquello que no se puede describir con palabras. Esta vez, sobre el paso del tiempo, sobre lo que se ha ido, sobre lo que hemos perdido. Sobre lo que una vez fuimos y ahora tememos, sobre el miedo a la muerte, o a la vida, en realidad. Sabrá el lector acostumbrado a estas líneas que en esta revista amamos al coreano, sin medias tintas, un cineasta capaz de observar lo diario desde el cristal del hechizo, que genera situaciones cotidianas midiendo cada consecuencia y siempre haciendo brotar un recorrido emocional y personal que sale de lo más mundano para conectarse con lo más extraordinario. Y ahí vamos con In Front of Your Face (2021), esa nueva variación desde la repetición, ese nuevo punto de vista que se aproxima a la vida misma tomando como lugar de partida, como es habitual en su cine, o al menos en su última etapa, a una mujer que se enfrenta a una catarsis que la persigue y que debe tomar las riendas de su vida. Para ello, Hong Sang-soo irá haciendo uso de sus acostumbrados recursos conversacionales, en los que la protagonista dialogará con distintos personajes que irán diseñando un todo complejo y autocontenido en su propia esencia que definirá su relación con el entorno y con ella misma, dando pie a que la creación de la cotidianidad de In Front of Your Face sea, en este caso, una suerte de depuración extrema del propio estilo del cineasta, que se aleja de sí mismo a la vez que se acerca a la purificación ilimitada de su mensaje: la verdad sobre el interior, la aceptación de la templanza, el ser y el estar por encima de todo lo demás, la búsqueda íntima más allá de todo elemento extrínseco que pueda contaminar la propia realidad percibida.

Lee Hye-yeong protagoniza In Front of Your Face. Curiosamente, el filme no cuenta con Kim Min-hee en el reparto, que llevaba apareciendo en todas las películas de Hong Sang-soo de modo consecutivo desde The Day After (2017): en esta ocasión, la genial actriz desempeña tareas de producción.

En In Front of Your Face hay, como de costumbre, los recursos habituales del director coreano, pero de manera inevitable tendremos que estar hablando de otra más de sus genialidades que, por mucho que guarde una línea común con su filmografía reciente, conservan un corazón indomable que conmueve, estimula y trasciende a través de la exploración del modus vivendi individualizado de su estilo, y que por supuesto reitera desde los prismas nuevos, desde la gema que gira sobre sí misma y refleja la luz hacia horizontes inéditos con cada mirada. Así, la contextualización de la familia se coloca en un plano principal, arrojando cierta intención relacional sobre la divergencia a la que se enfrenta la protagonista —magnífica Lee Hye-yeong— acerca de vivir su vida con libertad, con descaro, sin limitaciones y sin miedo, de frente, sabiendo que las cosas importantes siempre han estado «delante de su cara» y que de las relaciones, un pilar fundamental en el cine de Hong Sang-soo, mana una fuente de bienestar o malestar que debe gestionar y adaptar a sus inquietudes y situación personal. Por supuesto, todo esto ocurre en el silencio semántico, siempre desde conversaciones que significan miles de cosas y que ofrecen decenas de pies interpretativos pero que nunca dicen nada de frente, que juegan con cientos de piezas sobre el tablero a través de ese estilo directivo que clava la cámara en un infinito plano inmóvil y huye del montaje, que dinamiza con el zoom y que jerarquiza desde el estatismo. 

Fundacional y deconstructiva. Le puede reconciliar a uno con la vida, y con las ganas de salir y pegar dos gritos bajo la lluvia. Cotidiana, cómo no, pero exquisita y docta.

Sus personajes, los que se cruzan en el camino de una mujer que no es que escape, sino que trata de encontrarse, son el punto de apoyo primordial que llenan de significado la película: el director de cine —siempre hay uno y nos encanta— llorando amargamente en el cenit de lo platónico, la necesidad de dejar una huella, la belleza más allá del paso de los años, la vuelta a las raíces, la autoaceptación y la búsqueda de la validación hacia atrás en el tiempo son solo algunos de sus grandes fundamentos, que encuentran refugio en escenas bellísimas y templadas en las que todo cobra sentido una vez puesto en la rueda de la vida que es In Front of Your Face: en las lágrimas del cineasta vive el terror a lo efímero, a no convertir lo caduco en perenne, la culpabilidad y la contradicción, y eleva el arte como forma última de trascendencia; en la mención a sus arrugas, en esa escena en la que la protagonista expone su inquietud para con la edad, encontramos el temor a lo que ha quedado atrás, al mundo superficial o al pulso de la era; en la conversación con la niña, en ese abrazo largo y en esa declaración de «eres una buena niña», está la redención, el «no lo hice tan mal», el alto en el camino para lamerse las heridas y admirar las cicatrices; en esa taza de café junto al ser querido conviven todos los mundos vividos y por vivir, que se concretan en una posible eternidad que pierde definición una vez todo está aceptado y aprobado. In Front of Your Face es una película, como resulta habitual en la obra de Hong Sang-soo, fundacional y deconstructiva, en tanto que describe un momento vital desde sus mismos orígenes y lo somete a las más imperceptibles inversiones teóricas para darle una vida improbable. Y le puede reconciliar a uno con la vida, y con las ganas de salir y pegar dos gritos bajo la lluvia, y con cierto espíritu discordante que sepa decir que no con una sonrisa y que sí buscando el desacuerdo. Cotidiana, cómo no, pero exquisita y docta. Invariable.