Forever
La insustancia de la pérdida
• País: Dinamarca
• Año: 2022
• Dirección: Frelle Petersen
• Guion: Frelle Petersen
• Título original: Resten af livet
• Género: Drama
• Productora: Zentropa Productions
• Fotografía: Jorgen Johansson
• Edición: Frelle Petersen
• Música: Flemming Berg
• Reparto: Jette Søndergaard, Ole Sørensen, Mette Munk Plum, Eskil Tonnesen, Ole Caspersen, Lasse Lorenzen, Benny Bøtchiær Thomsen
• Duración: 106 minutos
• Festival de San Sebastián: Sección oficial (2022)
• País: Dinamarca
• Año: 2022
• Dirección: Frelle Petersen
• Guion: Frelle Petersen
• Título original: Resten af livet
• Género: Drama
• Productora: Zentropa Productions
• Fotografía: Jorgen Johansson
• Edición: Frelle Petersen
• Música: Flemming Berg
• Reparto: Jette Søndergaard, Ole Sørensen, Mette Munk Plum, Eskil Tonnesen, Ole Caspersen, Lasse Lorenzen, Benny Bøtchiær Thomsen
• Duración: 106 minutos
• Festival de San Sebastián: Sección oficial (2022)
La historia de una familia que afronta le pérdida de un hijo construye el largometraje de Frelle Petersen, cuyo cometido parece centrarse más en poner al espectador como un simple observador, a llevarle por los paraderos más complejos de la tristeza.
Si nos vamos a la RAE podemos comprobar que el término insustancial se refiere a «carente de sustancia o de interés, o muy escaso de ellos». De la misma forma, la insustancia también se refiere a lo que inexiste o, por ende, ya no está en el plano mundano. La pérdida entonces de una vida humana equivale, en última instancia —hoy parece que todo termina con el mismo sufijo— a una insustancia completa, a un vacío lleno de nada —o «llenito de nada», como diría Robe de Extremoduro—. Supongamos entonces que esta idea fue la que se quedó en la mente de Frelle Petersen a la hora de escribir y dirigir Forever. Esta es la historia de una pareja danesa que, tras un par de fiestas nacionales, sufre la repentina pérdida de un hijo. A la misma vez, la hermana del fallecido intenta afrontar la inexistencia de su hijo, ya que pese a los procesos de fecundación parece ser que no puede gestar. Rodeados de esta misma insustancia de lo que se va, pero también de lo que no llega, el director danés encara su tercera película con lentitud y proximidad, pero sin muchas más certezas que la de poner al espectador como simple sujeto que ve de paso, que no tiene por qué sentir.
No se deja intuir, y es una pena pues su concepto primario era tan interesante como los infrecuentes aciertos que tiene.
La película de Frelle Petersen afronta le pérdida de un hijo.
Pues no sabemos si será por temas culturales, o de procedencia, nos sentimos tan lejos de la idea concebida en Forever que al final lo fundamental que implica el celuloide dentro de nuestra vidas, también se queda absorto en la idea de lo anodino que propone Petersen en su obra. La nada es lo que desencuentra al asistente al cine cuando procede a ver un largometraje que parece querer decir: «mira esto», pero no te explica ni cómo echarle el ojo, ni te da alguna referencia para por lo menos interpretarlo tú mismo. Pues la cámara parece estar puesta a ratos con desgana y sin muchas vueltas de hoja. Los encuadres resultan tan insípidos que las secuencias se vuelven lentas y pesadas —en la sala alguno ya estaba pidiendo la hora de que acabase—. Y el guion tampoco es que ayude mucho más a la pobre ejecución visual. Siendo este escrito de manera constantemente repetitiva, con símbolos que sacan leves sonrisas pero poco más, sin apego alguno por encariñar al público. Encerrada en sí misma, sin mucho más que decir que lo aparentemente dicho, solo la construcción escrita de la degradación de sus personajes y leves destellos del elenco hacen que no sea desastrosa. Como antes he comentado, supongamos que estas obras que proceden del norte de Europa se alejan más de los conceptos de afecto y apego que tenemos en nuestra mente colectiva, por darle una explicación a este desperdicio narrativo que prometía mucho más. Forever no se deja intuir, y es una pena pues su concepto primario era tan interesante como los infrecuentes aciertos que tiene. Pero esta vez ni el melodrama vino a salvar a esta película danesa, que también queda «llenita de nada».
