Las esenciales de John Carpenter
Lo mejor del legendario director
Considerado un maestro del cine de terror y de ciencia ficción donde los haya, la carrera de John Carpenter contiene una rica y formidable variedad de clásicos de género. Aquí recogemos las que son, para nosotros, sus obras imprescindibles.
No hay muchos nombres más reconocibles en el cine de género que el de John Carpenter. Habiendo escapado simultáneamente del cine más comercial de Hollywood y del enrarecido elitismo intelectual del cine de autor, Carpenter cuenta con el inusual honor de haberse encumbrado como un cineasta de culto habiéndose dedicado fundamentalmente a reformular las tradiciones del terror, la ciencia ficción y la serie B en inmortales producciones de género. Entre sus más de veinte largometrajes dirigidos, uno siempre puede esperar el trepidante ritmo de sus tramas, la acción eléctrica y desenfrenada, el sutil comentario social y sus reconocibles composiciones con sintentizador que son su particular marca de la casa. Pero dentro de una trayectoria tan vasta y, reconozcámoslo, en ocasiones desigual, es comprensible perderse. Por ello aquí presentamos las que consideramos las imprescindibles de John Carpenter, aquellas películas que uno no puede perderse si quiere introducirse en la obra del director.
1. La cosa (El enigma de otro mundo) (1982)
Una de las grandes cualidades de Carpenter consiste en su fino conocimiento de la historia del cine de género y su habilidad para implementarlo en sus películas. En este remake libre del clásico de los cincuenta El enigma de otro mundo (Christian Nyby, Howard Hawks, 1951), Carpenter actualiza las premisas del original para dar lugar a otro clásico del género. Tras inspeccionar lo que parece una nave alienígena estrellada en el hielo, unos científicos quedan atrapados en una base del ártico con una entidad extraterrestre con la sobrenatural capacidad de tomar la forma de cualquier ser vivo. Una ambientación espectral y un reparto lleno de interpretaciones estelares con Kurt Russell y Keith David a la cabeza se dan la mano con un guion magistral y, ante todo, con unos efectos especiales prácticos que han quedado para la posteridad.
2. Están vivos (1988)
Si bien casi todas sus obras cuentan con un cierto comentario político más o menos escondido, no cabe duda de que Están vivos (1988) es la película de Carpenter más políticamente abierta, en la medida en que satiriza la «Era Reagan» y el auge del neoliberalismo en los años ochenta. Esta vez seguimos al trabajador errante John Nada buscándose la vida en unos EE. UU. desolados por el desempleo y la desindustrialización, hasta que se hace con unas gafas misteriosas que le muestran que su mundo está gobernado en realidad con unos yuppies alienígenas de aspecto cadavérico que mantienen controlada a la población mediante mensajes subliminales. John Nada agarra entonces la escopeta y protagoniza esta parábola gamberra contra el consumismo en la forma de una desenfrenada comedia de acción.
3. 1997: Rescate en Nueva York (1981)
Sumida en una grave crisis económica en los años setenta, una decadente Nueva York sirvió de telón de fondo en el cine en obras de culto como Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976) o Los amos de la noche (The Warriors) (Walter Hill, 1979). Carpenter tomó su propio giro distópico sobre esta Nueva York post-apocalíptica al imaginar un futuro donde la Isla de Manhattan es un recinto sin ley habitado por criminales y bandas de matones, donde el Presidente de los EEUU queda atrapado al estrellarse su avión. Por supuesto, no hay otro agente más indicado para la misión de rescate que el emblemático «Snake» Plissken (Kurt Russell), quien se embarca en una vibrante aventura llena de personajes variopintos y momentos estelares. Armado con unas premisas si cabe más descabelladas y una increíble ambientación, Carpenter firmó con esta película distópica un clásico ineludible de la acción de los ochenta.
4. La noche de Halloween (1978)
Después del éxito relativo de Estrella oscura (1974), producción independiente que realizó de la mano de Dan O’Bannon, guionista de Alien, el octavo pasajero (Ridley Scott, 1979) y la formidable Asalto a la comisaría del distrito 13 (1976), John Carpenter tendría que esperar para saltar a la fama internacional al estreno de su tercera película, La noche de Halloween, hoy en día considerada como uno de los clásicos originales del slasher. Le tenga uno más o menos cariño a la irregular saga que siguió, o incluso un género bastante denostado por su repetitividad y excesiva recurrencia al «shock value», es imposible no encontrar en La noche de Halloween la rabiosa originalidad que luego se deterioraría en tantas iteraciones innecesarias. Gracias a un magistral guion pensando para un bajo presupuesto, Carpenter se hace uso de un puñado de localizaciones para formular un clásico inmortal del terror lleno de suspense y sustos, coronado por la interpretación de Jamie Lee Curtis como Laurie Strode y una banda sonora inmediatamente reconocible.
5. Golpe en la pequeña China (1986)
¿Qué tal un imperio mágico chino bajo el Chinatown de San Francisco liderado por un perverso hechicero? Carpenter se alía de nuevo con Kurt Russell en su alocado homenaje personal al cine de artes marciales, con un conjunto de premisas demasiado delirantes incluso para el director. Pero lo más sorprendente de Golpe en la pequeña China es que, si bien es difícil seguir este fantástico torbellino de hechiceros místicos, tiroteos y peleas de bandas por este submundo oriental alucinado, la película, sorprendentemente, funciona. Si uno puede aprender a no tomarse las cosas demasiado en serio, lo cuál es conveniente al acercarse a la obra de John Carpenter, descubrirá en esta desopilante comedia de acción todo un espectáculo de gamberradas y desenfado para nada enfrentado con sus momentos más heroicos y memorables. Todo un festival de fuegos artificiales.
6. La niebla (1980)
Pocas veces mencionada entre las obras más reconocibles del director, La niebla sin embargo merece ser considerada una de sus películas más logradas. Animada por un reparto coral, que encarna a los habitante del pueblo costero de Antonio Bay, La niebla se centrada en la invasión de una espectral bruma gris de donde surgen los sangrientos zombis de una tripulación pirata dispuestos a vengarse del agravio innombrable que se esconde tras la fundación del pueblo. Los desesperados protagonistas tendrán que cooperar para cancelar la maldición sobrenatural, en una sorprendente obra de culto de terror y una de los primeros clásicos del género Z, preñada de momentos visualmente estremecedores ayudados, ante todo, por el magistral uso de Carpenter de la susodicha niebla maldita.
7. Asalto a la comisaría del distrito 13 (1976)
El wéstern es otro de esos géneros que Carpenter no se ha cansado de homenajear, especialmente en una etapa posterior de su carrera con las que son sus dos últimas grandes obras, Vampiros de John Carpenter (1998) y Fantasmas de Marte (2001). Pero este cierre también evocaba a sus humildes inicios, pues en esta «segunda-primera» película Carpenter nos sume en un Salvaje Oeste urbano en el corazón de un Los Ángeles desolado por el crimen. El formidable guion del film, pensado para un micropresupuesto, se centra en la inesperada llegada de un furgón policial que transporta a un peligroso criminal a una comisaría semiabandonada donde un único policía y dos secretarias ultiman el traslado del edificio. Cuando una banda violenta inicia un asalto para acabar con la vida del prisionero, se sucede un increíble metraje donde el suspense se mantiene al máximo, gracias al asfixiante ambiente y los memorables personajes de esta fabulosa obra de juventud del director.