Halloween, cuarenta años de puro slasher
Un repaso integral a la saga
Antes del estreno de la nueva trilogía de David Gordon Green, volvemos sobre las once entregas de la que es una de las más longevas franquicias de terror, a través de su larga y complicada historia de reinvención constante.
Más de cuatro décadas después del estreno del clásico de terror de John Carpenter, Halloween se ha convertido en sinónimo de una de las franquicias de terror más longevas, aunque quizás también de las más irregulares. Nada más y nada menos que once largometrajes después, tres reboots, un remake e incluso una película que nada tiene que ver con el resto, la saga es sin duda ejemplo de uno de los más increíbles desarrollos del cine de terror, así como de sus vicios más recurrentes. Poco después del inicio, en 2018, de una nueva trilogía a manos de David Gordon Green, son muchas las advertencias que pueden extraerse de la larga y accidentada historia de Michael Myers en la gran pantalla. A continuación repasamos las (por ahora) once entregas, con el objetivo de arrojar un poco de luz sobre qué aspectos de la franquicia se han vuelto inolvidables, y cuáles desearíamos olvidar.
1. La noche de Halloween (John Carpenter, 1978)
Jamie Lee Curtis tenía tan solo diecinueve años cuando encarnó por primera a vez a Laurie Strode.
Hay poco que decir del clásico de John Carpenter que no se haya dicho ya. La noche de Halloween no solo nos presentó por primera vez unos personajes y una mitología que daría paso a una interminable saga, sino que ayudó por sí misma a fundar el género slasher, sirviendo de inspiración a incontables largometrajes de terror posteriores. Desde la primera aparición de la descomunal banda sonora de John Carpenter hasta la icónica interpretación de Jamie Lee Curtis como Laurie Strode, La noche de Halloween logra elevar un pequeño presupuesto a todo un clásico del género, gracias un ingenioso guion y un poderoso subtexto social pero sobre todo al sobrenatural talento de Carpenter tras la cámara. Considerado hoy en día como un clásico universal, la película original de la saga sigue siendo, indiscutiblemente, la que se eleva con mayor diferencia sobre las demás.
2. Halloween 2 (Halloween II: ¡Sanguinario!) (Rick Rosenthal, 1981)
Michael Myers regresa para perseguir a Laurie por el hospital de Haddofield.
La inmediata secuela de La noche de Halloween, con John Carpenter y Debra Hill repitiendo como guionistas pero bajo la dirección de Rick Rosenthal, retoma la historia en el momento exacto en la que dejamos en la película anterior. Jamie Lee Curtis regresa como Laurie Strode, a quien Michael Myers persigue por los pasillos del hospital al que la envió magullada en la entrega anterior, y descubriremos por primera vez el parentesco de ambos personajes. Aunque Halloween 2 conserva la mayor parte de las virtudes de su predecesora, decepciona al no sumar ninguna nueva y le falta la más importante: la originalidad. Pese a todo, un puñado de muertes espeluznantes y grandes momentos de tensión la elevan como una legítima secuela y una de las películas de la saga que con más cariño recuerdan sus seguidores.
3. Halloween III: El día de la bruja (Tommy Lee Wallace, 1982)
Scot Atkins y Stacey Nelkins en Halloween III.
Todavía con John Carpenter y Debra Hill como productores, el concepto detrás de Halloween III, donde la historia nada tiene que ver con Laurie Strode y Michael Myers, no era del todo desencaminado. Una antología de películas independientes, cuyas tramas girasen en torno a la temática de Halloween, podría haber resultado en una exitosa saga de grandes historias, si el primer intento no hubiera sido tan pobre. Aunque el filme incluye más de una idea atrevida y unos villanos memorables, su acercamiento excesivo al humor infantil de la comedia de terror tan de moda a principios de los ochenta y un protagonista casi tan problemático como insípido hacen que la ausencia de Michael Myers sea el menor de los problemas de este fallido intento de iniciar una antología que nunca se dio.
4. Halloween 4: El regreso de Michael Myers (Dwight H. Little, 1988)
Nuestro asesino favorito ataca de nuevo en Halloween 4.
Michael Myers regresa a Haddonfield diez años después en la cuarta entrega de la saga, junto con Donald Pleasance como el Dr. Loomis, pero con las marcadas ausencias de Jamie Lee Curtis y de John Carpenter y Debra Hill. Y aunque la saga empieza a deslizarse por la peligrosa pendiente de la serie B, donde el bajo presupuesto se compensa con explotar excesivamente las alusiones sexuales y las muertes sangrientas, Halloween 4 resulta ser una sólida película de terror que se atreve a expandir el universo de la franquicia. Esta vez es Jamie, la hija de Laurie Strode, y Rachel, su hermanastra, a quien nuestro icónico asesino persigue por un Haddonfield más siniestro y frío, cuyos habitantes se han vuelto más individualistas y paranoicos. Sumado a algunas muertes memorables y un siniestro giro final, la película mantiene orgullosamente el tipo.
5. Halloween 5: La venganza de Michael Myers (Dominique Othenin-Giradad, 1989)
Donald Pleasence como el Dr. Loomis en Halloween 5.
Apenas un año después de Halloween 4, su secuela inmediata retoma a sus protagonistas cuando Michael Myers regresa de su enésima muerte aparente y vuelve a atacar en el día de Halloween. La película, que descansa quizás demasiado en las convenciones fáciles del género, se centra de nuevo en las peripecias de Jamie a medida que el legado asesino de su tío empieza a pesar sobre ella. Aunque la presencia de nuevo de Donald Pleasance como un Dr. Loomis más desatado y desesperado, y la actualización del subtexto social a una sociedad donde la imagen de la mujer y de la juventud estaba cambiando ayudan a no hacerla del todo desechable, la entrega no logra la misma solidez que su predecesora inmediata y se sitúa como una de las menos reseñables de la saga.
6. Halloween: La Maldición de Michael Myers (Halloween 6) (Joe Chappelle, 1995)
Un joven Paul Rudd protagoniza Halloween. La maldición de Michael Myers.
Mostrando claros signos de fatiga, la franquicia alcanzó a mediados de los años noventa un punto muerto justo cuando el género de terror estaba en plena revolución. En este escenario de estancamiento, Halloween: La Maldición de Michael Myers eleva sus apuestas cuando en su primera escena asistimos al nacimiento del hijo de Myers con su sobrina Jamie bajo la supervisión de una siniestra secta. Con un ritmo atropellado y en ocasiones directamente confuso, marcado por el fallecimiento de Donald Pleasance en pleno rodaje, es imposible no ver La maldición de Michael Myers como un desafortunado callejón sin salida. Pero son precisamente sus intentos por ampliar y reimaginar la franquicia, hayan envejecido mejor o peor, lo más valioso de un valiente intento por revivir la saga que se quedó en un original y divertido desastre.
7. Halloween: H20. Veinte años después (Steve Miner, 1998)
Jamie Lee Curtis vuelve en el primer intento de la franquicia por hacer borrón y cuenta nueva.
Después de tres entregas un tanto irregulares, parecería que el regreso Jamie Lee Curtis como Laurie Strode, y cambiar el desangelado escenario de Haddonfield por la soleada California sería suficiente para inspirar algo de vida de nuevo a la franquicia. Parecía que un reboot de la saga, quitándose de encima las tres entregas anteriores y volviendo al espíritu de las dos primeras, era lo que se necesitaba para volver al camino correcto. Desgraciadamente, no fue del todo así. Con el que es quizás el grupo de jóvenes menos interesantes de la saga, encabezados por un insulso Josh Hartnett como el hijo de Laurie, la película nos proporciona poco más que un puñado de olvidables personajes secundarios y unas pocas muertes aburridas antes de recordarnos que ninguno de sus personajes principales han estado en peligro en ningún momento. Ayudada por una brutal escena final, la entrega que no había estado a la altura del regreso de Laurie Strode al menos podría haber sido un sólido final de la historia de su eterna lucha contra Myers. Nada más lejos de la realidad.
8. Halloween: Resurrection (Rick Rosenthal, 2002)
Michael Myers parece ya cansado de matar en Halloween: Resurrection.
Puede sonar imposible que dentro de una saga compuesta por lo que por lo pronto son once entregas, la mayoría de bajo presupuesto, alguna de ellas resalte por lo extraordinariamente mala que es. Halloween: Resurrection cuenta con ese dudoso honor. Comenzar la película dando muerte a Laurie Strode podría parecer una atrevida declaración de intenciones. Al final esta escena inicial resulta paradójicamente de lo poco rescatable del film. Poco después del estreno de El proyecto de la bruja de Blair (Daniel Myrick, Eduardo Sánchez, 1999) y en pleno auge de los reality shows, la película consiste en un grupo de jóvenes dentro de un programa interactivo de televisión visitando en directo la vieja casa de Michael Myers en la noche de Halloween para ser despedazados uno a uno por nuestro asesino de confianza. Cargando con casi todas las modas equivocadas de su tiempo, Halloween: Resurrection resulta aterradoramente desencaminada y mala en aspectos que ni siquiera sabíamos que existían, apenas capaz de darnos una pequeña satisfacción cuando sus protagonistas, cada uno más insoportable que el anterior, se suma al número de bajas de Myers.
9. Halloween, el origen (Rob Zombie, 2007)
Malcolm McDowell interpreta al Dr. Loomis en la versión de Rob Zombie.
Después del aparentemente irrecuperable descarrilamiento de la saga con Halloween: Resurrection, podría haber parecido que lo último que queríamos o necesitábamos fuera un remake de la película original de 1977 a los mandos de Rob Zombie. Pero para agradable sorpresa de muchos, Halloween, el origen no solo contiene una atrevida y siniestra reimaginación de los principios de Michael Myers, sino que nos ofrece quizás la versión más brutal y terrorífica del asesino en serie en muchos años de la saga. Justo con los justos homenajes a la versión original, un legítimo intento por actualizarse al siglo XXI, la película recrea el primer encuentro de Myers con Laurie Strode con nuevos detalles escalofriantes, alguna que otra teta al aire y un número considerablemente mayor de cadáveres. El remake de Rob Zombie resulta ser una versión más bruta, gore y desenfadada que la original, y pese a un diálogo en ocasiones ridículamente malo y un ritmo un tanto desigual, el espectáculo de terror y tensión desplegado en sus compases finales la convierten en un necesario soplo de aire fresco a una franquicia que habíamos dado por muerta.
10. Halloween II (H2) (Rob Zombie, 2009)
Los elementos fantásticos de Halloween II suponen un intento sin precedentes de la trama por expandir su universo hacia lo sobrenatural.
Si bien la primera de las dos películas rodadas por Rob Zombie había resultado en una reactivación inesperada pero feliz de la franquicia, la segunda resulta un esperable regreso a lo repetitivo y predecible. Aunque repite muchos de los aciertos de la primera, sobre todo en su tono más oscuro y sangriento, corre la misma suerte que gran parte de las entregas anteriores de la saga, al ser incapaz de innovar en los aspectos que podrían ser más interesantes y se apoya casi por completo en la eterna danza de Michael Myers persiguiendo y machacando a sus víctimas. Incluso Malcolm McDowell como el Dr. Loomis, que tan inspirado había parecido en la primera entrega, aquí no pasa de un desagradable personaje secundario que solo deseamos que deje de hablar. Aunque sus intentos por redirigir la mitología de Halloween hacia la fantasía oscura resultan encomiables y, en ocasiones, casi lo más reseñable de la película, Halloween II no acaba por encontrar buen puerto y decepciona en relación con la primera.
11. La noche de Halloween (David Gordon Green, 2018)
El segundo regreso de Jamie Lee Curtis nos proporcionó una de las versiones más interesantes y complejas de Laurie Strode.
Cuarenta años y diez películas después, David Gordon Green se pone a los mandos del tercer reboot de la franquicia en la forma de una trilogía anunciada, y esta vez con el regreso de John Carpenter como productor ejecutivo. Con el segundo regreso de Laurie Strode, la nueva trilogía solo toma en cuenta los acontecimientos de la primera película, abandonando por lo tanto la idea de que Laurie y Michael son hermanos. Logrando casi todo lo que se propone, la película presenta a una Laurie Strode al puro estilo de Sarah Connor, más paranoica y preparada para el eventual regreso de Myers. Y aunque el filme consigue actualizar con éxito la saga a nuestros días, y nos proporciona una versión intimidante y brutal de Myers que solo habíamos visto en las películas de Rob Zombie, la nueva entrega todavía nos deja preguntándonos hasta qué punto eran necesarias otras tres iteraciones más de la saga. Esperemos que David Gordon Green pueda darnos una respuesta dentro de poco.