Un padre, un hijo, un objetivo. Cerca de ti (2020), del siempre interesante realizador italiano Uberto Pasolini tiene bastantes puntos a favor, principalmente por la capacidad que demuestra a la hora de conectar con el espectador y hacerle partícipe del drama personal de sus personajes, deteniendo su mirada sobre la paternidad y la entrega, la abnegación si preferimos, de un hombre que quiere lo mejor para su retoño, y que hará de tripas corazón para dejar las cosas en el mejor lugar posible. Porque John —inmenso James Norton—, ese padre, tiene que lidiar con muchas cosas, pero la peor de todas es la enfermedad que le deja sin un tiempo que necesita para dejar a su hijo en las mejores manos, en la mejor familia, en el mejor lugar, para cuando él ya no esté ahí, a su lado. Introducida la premisa, lo cierto es que la dinámica de Cerca de ti se agota con relativa rapidez, teniendo en cuenta que basa su estructura en la búsqueda y en la relación paternofilial: la primera, casi siempre reiterativa y no particularmente impredecible —de hecho, cae en tópicos y estereotipos de grupo flagrantes—; la segunda, tan bien presentada desde los primeros minutos que no necesita excesivo tiempo en pantalla para exaltar las virtudes del intercambio familiar de John y Michael —así se llama el pequeño en la ficción, interpretado por un Daniel Lamont que posee el poder de la mirada—.
Un relato minimalista de corazón cercano con la capacidad de ablandar y servir de puente entre un pasado a medio borrar y un futuro aún improbable.
La película de Pasolini discurre en su práctica totalidad invocando un melodrama velado frontal y tendencioso, no tanto en lo explícito, sino en lo implícito: no, no usa la enfermedad como elemento de manipulación burdo —pienso en filmes como Camino (Javier Fesser, 2008), pura tendencia en el discurso—, pero agota todo lo que subyace al concepto de la muerte a través de la exaltación de los «momentos felices», que no deja de ser otra manera de apostar por el desconsuelo y la aflicción, por la lágrima de fácil recorrido. Y aunque la disertación en clave filosófica de los pensamientos de John sea de lo más interesante de la pieza, y aquello que eleva el nivel y arroja los puntos de luz más brillantes sobre el discurso de Pasolini, todo termina demasiado enjaulado en el interior de aquello que parece que, por sus formas, quisiera evitar: la exaltación de la tragedia desde lo tácito. Por su parte, en el apartado interpretativo, todo alabanzas: James Norton y Daniel Lamont componen casi un milagro de química instantánea, tanta que desluce el guion y las palabras: la resolución del mensaje podría servirse de solo miradas y gestos y transmitir tanto o más que hablando. A pesar de ello, de la profundidad lograda, Cerca de ti no profundiza en el apartado social: las instituciones están ahí de soslayo, aportando tan solo una base de contexto, y no de entidad. Uberto Pasolini no está interesado en perpetuar ese cine social tan Ken Loach que parece, equívocamente, invocar desde la estética —y a través de la colocación de sus protagonistas en una posición socioeconómica frágil—, sino un relato minimalista de corazón cercano con la capacidad de ablandar y servir de puente entre un pasado a medio borrar y un futuro aún improbable. Porque hay historias en las que no hay río ni barquero, solo orillas llenas de recuerdos de otros lugares. Lo que nos queda por averiguar es si el dolor que dejan tras de sí tiene vigencia.