Revista Cintilatio
Clic para expandir

Ali y Ava (2021) | Crítica

Lo que la música ha unido
Ali y Ava, de Clio Barnard
Con base en el realismo social, la británica Clio Barnard dirige una película que se hace fuerte en su contexto y que destaca por sus dos grandes interpretaciones principales y su mirada tolerante y noble sobre su subtexto racial y de clase.
Santiago de Compostela | Por David G. Miño x | 27 noviembre, 2021 | Tiempo de lectura: 4 minutos

Ya en The Selfish Giant (2013), Clio Barnard, adaptando a Oscar Wilde, demostraba un talento muy marcado para narrar historias de carácter social, filtradas en los entresijos de unos personajes muy vivos y humanos que eran, al final, los que conseguían trascender la película y quedarse con el espectador. Precisamente, esa cualidad es la que define su cine, y la que perpetúa su estilo desde las inquietudes de sus protagonistas hasta el punto culmen en el que convierte la narración en un camino que contiene su propia identidad pero que nunca abandona sus flecos. En este sentido, es igualmente en la lectura social donde Ali & Ava (Clio Barnard, 2021) puede realmente encontrar su sitio: la película de la cineasta británica no se pierde en complejidades innecesarias ni gira alrededor de demasiados temas tangenciales que diluyan su contenido, sino que accede a un realismo muy agradecido a través de la historia de amor de clases, casi como un Romeo y Julieta llevado al Reino Unido actual en el que los amantes se unen mediante la música y promueven el nudo de su relación tocando la etnia y la posición socioeconómica. Así, Ali & Ava cuenta la historia de, como podemos imaginar, Ali —enorme Adeel Akhtar—, propietario que se dedica al alquiler de viviendas que está pasando por una ruptura complicada; y Ava —notable Claire Rushbrook—, profesora auxiliar, como ella remarca, que no ha tenido mucha suerte en temas del corazón. En la improbable relación entre ambos es donde Barnard encuentra las píldoras de entidad que completan la pieza, creando un trasfondo muy rico en detalles para su historia de amor: el crecimiento de la pareja en base a los que la rodean genera la suficiente consistencia como para que todos los personajes aporten contexto —que no desarrollo: aquí hemos venido a ver a Ali y a Ava— y entorno.

Conmueve y atrapa a través de unos personajes humanos y pasionales, y sabe cómo apostar por el realismo social sin desmerecer su hilo argumental.

Adeel Akhtar y Claire Rushbrook, como Ali y Ava, ofrecen dos grandes interpretaciones.

El uso de la música, por su parte, es absolutamente central, así como las metáforas basadas en las fases lunares. Ali & Ava apoya su identidad en el intercambio musical de sus dos protagonistas, y en cómo la diferencia de géneros que gustan de escuchar cada uno crea, a su manera, un caldo de cultivo ideal para poner sobre la mesa el juego narrativo principal de la película: que cuando dos quieren amarse, da igual que sea folk o electrónica —o raza o clase— lo que los separe, que se intercambiarán los auriculares y cantarán a voz en grito hasta que se acaben las pilas. Del mismo modo, Clio Barnard introduce un juego bastante primario entre la luna llena, creciente, menguante, etc. y el estado de la relación de Ali y Ava en particular y de las cosas en general, que aunque no sea particularmente inspirado ni de largo recorrido, proporciona momentos de gran intensidad que revelan el movimiento de los personajes en el continuo de la motivación y la emoción, lo cual hace que, en todo momento, se sienta la obra como un itinerario en el que no hay lugar para el estancamiento. No obstante, y si tuviera que dejar un pequeño apunte negativo dentro de un conjunto muy bien ponderado, sería en referencia a un tercer acto demasiado entregado al arquetipo, en el que todo sucede según se supone que debe suceder, y no deja sitio para un impacto a la altura de unos personajes desarrollados con excelente gusto o un viraje que devolviera el poder de la crítica social y esa mirada tan Ken Loach de Clio Barnard a un primer plano de la narración. Ali & Ava es una película que conmueve y atrapa a través de unos personajes humanos y pasionales, que sabe cómo apostar por el realismo social sin desmerecer su hilo argumental, que no baja la guardia y que nunca da gato por liebre. Y que lo que la música ha unido, que no lo separe nadie.