Nosotros
Manipulados para temer a nuestros iguales marginados

País: Estados Unidos
Año: 2019
Dirección: Jordan Peele
Guion: Jordan Peele
Título original: Us
Género: Thriller, Terror
Productora: Blumhouse Productions, Universal Pictures, Monkeypaw Productions, QC Entertainment
Fotografía: Mike Gioulakis
Edición: Nicholas Monsour
Música: Michael Abels
Reparto: Lupita Nyong'o, Winston Duke, Elisabeth Moss, Tim Heidecker, Yahya Abdul-Mateen II, Anna Diop, Kara Hayward, Evan Alex Cole, Dustin Ybarra
Duración: 120 minutos

País: Estados Unidos
Año: 2019
Dirección: Jordan Peele
Guion: Jordan Peele
Título original: Us
Género: Thriller, Terror
Productora: Blumhouse Productions, Universal Pictures, Monkeypaw Productions, QC Entertainment
Fotografía: Mike Gioulakis
Edición: Nicholas Monsour
Música: Michael Abels
Reparto: Lupita Nyong'o, Winston Duke, Elisabeth Moss, Tim Heidecker, Yahya Abdul-Mateen II, Anna Diop, Kara Hayward, Evan Alex Cole, Dustin Ybarra
Duración: 120 minutos

La película de Jordan Peele denuncia el clasismo y la aporofobia mediante «doppelgängers» y serendipias tan siniestras como su puesta en escena de «Alicia a través del espejo».

Una familia negra emula el estilo de vida blanco de clase media-alta. Muestran sus mismas aspiraciones materiales, competitividad y envidia. Las expectativas puestas en los hijos negros de clase acomodada (el niño entertainer, la niña atleta), recuerdan a Bamboozled (Spike Lee, 2000). Pero la familia que protagoniza este filme no está precisamente comprometida con la conciencia de raza ni de clase. Temen al indigente blanco, pero también a sus propios iguales, que visten el rojo-thriller de Jackson en una metáfora del terror comunista. Les aterrorizan quienes son sus sombras. De modo que se percibe tanto heterofobia como aporofobia. Jordan Peele viene a decirnos que estamos manipulados para temer a quienes podríamos ser nosotros mismos.

Nosotros (Jordan Peele, 2019) da tijeras a los chivos expiatorios, a los parias con que se nos ha «manipulado como marionetas», para cortar los hilos de quienes temen perder los privilegios con su llegada. Tijeras como la herramienta del inmigrante ilegal explotado en talleres tipo Inditex, mientras el opresor lo somete a palos (como en los combates del filme). Y es que Jordan Peele cuestiona nuestra legitimidad a mantener lo que poseemos a través de su heroína. Critica a esa parte de la comunidad negra que ha dado la espalda a sus iguales oprimidos. Pero el reproche es global: ataca a la frivolización de la solidaridad mediante el contexto de la cadena de manos contra el hambre, así como con la millennial rica con camiseta de Black Flag, la banda punk activista de los ochenta. Pero prenda modelo tienda de H&M.

¿Por qué ya no es inocua una familia? Para privilegio de una, otra sufre. Unos cadáveres a orillas del mar remiten a las imágenes de ahogados sirios que las olas escupen en nuestras costas.

Nosotros, además, es un tour slasher, como evidencian sus diferentes escenarios: la casa acristalada de Scream (Wes Craven, 1996), la carretera de Sé lo que hicisteis el ultimo verano (Jim Gillespie, 1997), el bote de Viernes 13 (Sean S. Cunningham, 1980), con Jason y su máscara apareciendo y desapareciendo. La playa en que el Tiburón (Steven Spielberg, 1975) fue el terrorífico invasor, con consecuencias devastadoras en la vida real (la casi extinción de su especie). Y es que Peele señala responsabilidad sobre cómo hacer terror y hacia quién. Cómo también el cine de terror ha sido una vía por la que lograr espectadores manipulados para temernos entre nosotros mismos.

¿Por qué ya no es inocua una familia? Para privilegio de una, otra sufre. Unos cadáveres a orillas del mar remiten a las imágenes de ahogados sirios que las olas escupen en nuestras costas: no solamente las de US , título original que además es acrónimo de United States, foco principal de las críticas. El sagaz director apunta a la paranoia post 11M. Los «otros» profieren alaridos, como animales maltratados, pero unidos. No se aturden con alcohol y tecnología para evitar el contacto con una familia a la que Peele somete a unos Funny Games (Michael Haneke, 1997). Tecnología que, además, puede volverse en nuestra contra en cualquier momento, al estilo de La rebelión de las máquinas (Stephen King, 1986). Y la mujer, en este aspecto, queda más desamparada si tenemos en cuenta que es habitual que los asistentes de voz tengan dificultades para comprender su voz y las infantiles, pues, hasta hace poco, los comandos eran programados directamente por sus creadores, mayoritariamente señores científicos de cierta edad. No es casual que dicha escena esté protagonizada por Elisabeth Moss, la DeFred de la serie de HBO El cuento de la criada (Bruce Miller, 2017). Tampoco lo es que esa esclava tecnológica, que según la ONU ahonda en la brecha de género e incluso en la de las minorías étnicas y sus acentos, esgrima el Fuck the Police de los Public Enemy.

Cuando la aparente heroína regresa a la caverna más oscura de su infancia, el acceso es una escalera mecánica de un centro comercial. Allí Jordan Peele ilumina los engranajes del sistema, que arraigan un terror en las aulas, reforzado con la conspiranoia en Internet y las películas que nos amedrentan como en su día lo hicieron los cuentos de hadas. Un sistema que necesita al esclavo soterrado y al consumidor desvinculado (de ahí los tijeretazos en los hilos que nos unen). Aislados y hacinados como conejos de laboratorio, todos mirando a la derecha (incluso algún conejo oscuro), salvo algún incauto incomunicado. Un entramado que necesita que matemos una parte de nosotros mismos. Pero esta película también nos dice que los conejos pueden lograr escapar.

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