Inseparables
Obsesión y adicciones

País: Canadá
Año: 1988
Dirección: David Cronenberg
Guion: David Cronenberg, Norman Snider (Novela: Bari Wood, Jack Geasland)
Título original: Dead Ringers
Género: Drama, Thriller
Productora: Morgan Creek production, Téléfilm Canada, Mantle Clinic II
Fotografía: Peter Suschitzky
Edición: Ronald Sanders
Música: Howard Shore
Reparto: Jeremy Irons, Geneviève Bujold, Heidi von Palleske, Barbara Gordon, Shirley Douglas, Stephen Lack, Jonathan Haley, Nicholas Haley, Lynne Cormack, Nick Nichols, Damir Andrei
Duración: 115 minutos
Genie Awards: Mejor Película, Mejor Dirección (1988)

País: Canadá
Año: 1988
Dirección: David Cronenberg
Guion: David Cronenberg, Norman Snider (Novela: Bari Wood, Jack Geasland)
Título original: Dead Ringers
Género: Drama, Thriller
Productora: Morgan Creek production, Téléfilm Canada, Mantle Clinic II
Fotografía: Peter Suschitzky
Edición: Ronald Sanders
Música: Howard Shore
Reparto: Jeremy Irons, Geneviève Bujold, Heidi von Palleske, Barbara Gordon, Shirley Douglas, Stephen Lack, Jonathan Haley, Nicholas Haley, Lynne Cormack, Nick Nichols, Damir Andrei
Duración: 115 minutos
Genie Awards: Mejor Película, Mejor Dirección (1988)

Jeremy Irons y Geneviève Bujold protagonizan uno de los filmes más aclamados de David Cronenberg, Inseparables. Analizamos algunos de sus puntos más importantes junto con el origen real de la trama.

Los vínculos familiares pueden ser tóxicos e incluso enfermizos. La dependencia afectiva entre sus integrantes puede estar a la orden del día, provocando un sinfín de trifulcas de las cuales pueden salir escaldados. David Cronenberg toma este tema y lo convierte en la columna vertebral de su película Inseparables (1988). El resultado es un largometraje en el que sus personajes se adentran en unos vínculos cuyos niveles de toxicidad y de locura alcanzan unos límites a los que solo Cronenberg podría llegar. O al menos solo él podría abordarlos y convertirlos ya no en un esperpento, sino en algo intrigante, atractivo y convincente, a la par que incómodo y enfermizo. Antes de empezar con el análisis, nos gustaría explicar un detalle: la película es una adaptación de la novela Gemelos de Bari Wood y Jack Geasland, pero ambas producciones —literaria y fílmica— acogen el caso de los gemelos Stewart y Cyril Marcus. Estos fueron dos reputados ginecólogos norteamericanos que ejercían en el New York Hospital e impartían clases en la Universidad de Cornell. Lo que les sucedió es muy similar a lo que acontece en Inseparables. ¿La realidad supera a la ficción? Parece que así es.

Los gemelos Elliot y Beverly Mantle dan voz a la historia de Inseparables. Ambos interpretados por Jeremy Irons de forma soberbia, cabe decir. De ellos, destacan su extremo parecido y su gran prestigio como ginecólogos, profesión que ejercen con métodos poco convencionales. Otro de los puntos a destacar de estos hermanos es su diferencia de carácter. Por un lado tenemos a Elliot, el gemelo «malo» para que nos entendamos. Este personaje es cínico, frívolo, manipulador, incluso un tanto psicópata. Destaca frente a su hermano por ser el «relaciones públicas», el más extrovertido y popular. Por otro lado, Beverly o Bev ejerce el rol de gemelo «bueno». Él es introvertido, asocial, sensible, el más estudioso de los dos y algo más débil que su hermano. Ambos tienen un vínculo muy cercano e íntimo, demasiado incluso. A medida que va sucediendo la película, los espectadores podemos comprobar que existe una dependencia insana entre ellos. A priori, podríamos pensar que es Beverly el que depende de Elliot, pero poco a poco nos iremos dando cuenta de que en realidad son ambos los que se necesitan de forma casi patológica, impidiendo que configuren con normalidad sus vidas. Algo así como una adicción. 

Sala de operaciones.

Claire Niveau es la tercera protagonista de la historia, interpretada por Geneviève Bujold. El personaje es una famosa actriz que acude a la clínica de los hermanos Mantle para intentar ser madre. Beverly la atiende y queda muy sorprendido al saber que tiene un cuello uterino trifurcado, una anomalía poco común en la anatomía femenina. Elliot queda sorprendido por una razón algo más banal: es una actriz famosa y quiere conquistarla. Esta relación deja clara la dinámica de los hermanos: no solo comparten apartamento y vida, también las mujeres. No obstante, esta «normalidad» se rompe cuando Beverly se enamora de la actriz, dejando de lado a su hermano y atentando contra el vínculo que ambos tenían. En otras palabras: ella es el objeto de deseo de ambos, pero también la que siembra la discordia, la que los saca de su zona de confort. Uno de los puntos interesantes de este trío es la similitud que existe entre el carácter de Claire y el de los gemelos. De hecho, en el cartel de la película se nos representa esta paridad uniendo los rostros de los tres personajes, dejando a los gemelos en los laterales y a la mujer en el medio convirtiendo sus ojos en los de sus compañeros. 

La película muestra de forma magistral cómo una situación aparentemente manejable puede desembocar en un suceso trágico para sus integrantes, llegando a la psicopatía y a la locura humanas. Todo ello visto desde el prisma único de David Cronenberg.

Esto sucede cuando ella empieza una relación con Beverly e interfiere en el vínculo de los hermanos. La simbiosis de los gemelos la atrapa a ella, quien acaba por tener elementos frívolos y chantajistas de Elliot, por ejemplo, y reacciones más emocionales y derrotistas, como Beverly. Un ejemplo que muestra esta teoría es su forma de reaccionar ante la imposibilidad de ser madre. Claire deja atrás cualquier racionalidad y cae en el consumo de somníferos y otras drogas. Vuelca su frustración y depresión en el consumo de estas sustancias, algo que también harán los gemelos. Además, afirma que no llegará nunca a ser una mujer completa porque no será madre, siendo una niña para siempre. Asimismo, parece que frente a Beverly, Claire toma el rol de Elliot, volviéndose un tanto chantajista y manipuladora. No obstante, esta forma de ser va cambiando a lo largo de la película conforme a los tránsitos que suceden en la relación de los gemelos y lo cercanos o alejados que están. Aquí es cuando surge lo que comentábamos en un principio: la toxicidad de los vínculos familiares o de cualquier otro tipo, basados en la dependencia y en dinámicas poco sanas para sus integrantes. 

La droga y la adicción son otro de los puntos interesantes del filme. Como ya hemos mencionado, las relaciones que mantienen los protagonistas de Inseparables están basadas en una dependencia total, tanto a nivel físico como emocional. Esta llega a tal punto que la ausencia de un personaje en la vida de otro provoca que ambos sufran y modifiquen sendas conductas. Por este motivo no es extraño que Cronenberg haya acudido a las drogas como metáfora de esta relación tóxica. Los gemelos no pueden relacionarse con sus iguales de una forma sana, siendo independientes emocional y físicamente. ¿Cómo iba a ser, pues, su relación con estas sustancias? Efectivamente: adicción y dependencia. Lo mismo que les sucede entre sí, les pasa con las sustancias. Como ya hemos comentado, la relación de los gemelos es realmente tóxica y no por su intimidad o su cercanía, sino por cómo interfiere este vínculo en el desarrollo de la vida de ambos por separado. La primera muestra es la clara jerarquía que existe, en la que Elliot desarrolla el rol dominante y Beverly, el de dominado. Como todo en esta película, la jerarquía también traspasa esa línea imaginaria de lo comprensible, de lo racional y lo de lo esperable, llegando al límite. 

En este caso, la frontera es la fusión de ambos hermanos. Antes hemos mencionado que tanto ambos hermanos se diferencian en su carácter, pero esto va cambiando a lo largo de la película hasta el punto en que el espectador no puede distinguirlos. La toxicidad los ha invadido de tal manera, que acaban adoptando roles y formas de ser del otro, desapropiándose y distanciándose de sendas maneras de ser. En relación a esto, cabe mencionar un detalle: Jeremy Irons tenía en un principio dos vestuarios diferenciados para cada rol, pero él mismo optó por elegir uno de ellos e ir cambiando la ropa, mezclando así de forma sutil las características de ambos gemelos. En un primer visionado esto no se aprecia de forma tan explícita, pero si os animáis a verla de nuevo, fijaos en este detalle. 

La película muestra de forma magistral cómo una situación aparentemente manejable puede desembocar en un suceso trágico para sus integrantes, llegando a la psicopatía y a la locura humanas. Todo ello visto desde el prisma único de David Cronenberg, quien pone al espectador en un viaje emocional, haciéndole sentir tanto rechazo como atracción. El cineasta hace de esta historia algo repulsivo a la vez que atrayente, asemejándose así a la forma de vincularse de los propios protagonistas. 

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CICLO DAVID CRONENBERG

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