Revista Cintilatio
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Yolanda Domínguez: una revisión feminista de los medios de comunicación

Una revisión feminista de los medios de comunicación
Yolanda Domínguez
Vivimos en la etapa de la historia con más imágenes. Nunca antes la fotografía había estado tan presente en nuestra vida, habiéndose convertido con diferencia en la herramienta más poderosa de nuestra generación.
Por Elena Trinidad Gómez | 29 marzo, 2021 | Tiempo de lectura: 5 minutos

Que las mujeres hemos sido y somos sometidas a la concepción patriarcal de la imagen es un hecho que cada vez es más perceptible. La construcción de estereotipos que perpetúan los roles de género en cuanto a la dependencia hacia el hombre, la sumisión, el cumplimiento de los requisitos de la belleza normativa para tener éxito ha calado (y mucho) en nuestro imaginario colectivo; primero en la conocida como cultura elevada, y después, repetido en la publicidad y cultura de masas, ha llevado a dejar a la mujer como un mero objeto pasivo y no como un sujeto creador e individual.

Yolanda Domínguez (1977, Madrid) es una artista visual experta en comunicación y género que lleva toda su carrera intentando crear una conciencia social y real sobre el papel de la mujer en la sociedad, cuestionando los roles de género y a partir de performance (humorísticas muchas de ellas) despertar conciencia del tipo de consumo que tenemos de las imágenes. Porque aunque no lo podamos ni detectar, nuestra conciencia está codificada por lo que los hombres y algunas mujeres quieren que pensemos. En un ejercicio de deconstrucción constante esta artista regala al mundo actos performativos como Poses, una inteligente y cercana crítica en el espacio urbano donde busca ridiculizar posturas de modelos con mujeres reales. La descontextualización de las poses hace que la gente de alrededor se sorprenda, e incluso acudan a auxiliarlas. Esta reflexión no es más que la idea de un pulso con el patriarcado que está teniendo cada vez más y más calado en la sociedad. La cosificación es evidente y gracias a artistas como  Domínguez —que evidencian el poder que tienen las imágenes— el peso contra este tipo de publicidad es cada vez mayor, lo que lleva a que muchas marcas empiecen a cuestionarse el tipo de imagen que quieren vender al consumidor. No todo el mundo acepta ya la imagen masculina clásica que nos llevan años vendiendo, ni la idea de una mujer única. No hay que olvidar que esta masculinidad tóxica no solo afecta a la mitad de la población, el hecho de tener que tener una masculinidad concreta limita la expresión de los hombres impidiendo cualquier atisbo de diversidad. En el mundo de las bellas artes puso la semilla mostrándonos como sumisas, como objeto sexual, agente pasivo que fija la mirada en el espectador, que se muestra provocativo o virginal, nunca hay grises en esta concepción binaria del género. La dimensión de la mujeres es limitada y el hombre se muestra poderoso ante ella eligiendo en cada época cómo debemos mostrarnos.

El Ayuntamiento de Soria le pidió a Domínguez que hiciera una contra-campaña inspirada en los anuncios de la temporada de otoño-invierno de El Corte Inglés, donde mujeres de distintas edades, tallas, estaturas y demás características no normativas se vistieran con los prendas que se vendían para esa temporada. El resultado fue puesto por toda la ciudad a modo de publicidad. Un gran ejemplo, en código humorístico, de que la única opción es la talla treinta y ocho y todo lo que se salga de ahí es negativo y se invisibiliza. Otro de sus conocidos proyectos es Niños Vs. Moda, en el que varios niños expresan su malestar al ver varias imágenes de campañas de moda donde la violencia hacia las mujeres es innegable: exitosos hombres de negocios en posiciones de poder frente a mujeres desparramadas ofreciéndose o incluso dentro de cubos de basura. Los resultados de este acto son únicos, el rechazo de los pequeños hace entender que esas actitudes negativas son aprendidas, y que por suerte, se pueden evitar con una visión feminista.

El humor y la inteligencia hacen más por la igualdad que mostrarse enfadada. La ironía rompe estereotipos y el arte puede ayudar a que llegue a todo aquel que quiera escuchar. 

Gracias a su trabajo como ponente en espacios como Futuro en Femenino o el Congreso Internacional de la Violencia contra las Mujeres de la Junta de Andalucía su posición crítica dentro de los estudios visuales ha tenido cabida y reconocimiento convirtiéndose en una de las figuras más importantes en este ámbito. Otro de sus trabajos con más repercusión es Accesibles y Accesorias (2015) donde la crítica se dirige a la marca Multiópticas, una campaña que llevó a que su publicidad hiciera que apareciera un hombre rodeado de mujeres con lencería en un bar donde se podía leer en el anuncio: Ten la increíble sensación de estrenar todos los días mostrando que ellas son un mero objeto a su disposición, sustituibles siempre que quieras, como si fueran unas gafas. Con este proyecto varias mujeres se unieron al llamamiento que Domínguez lanzó a las redes para poder llevar el acto reivindicativo a las tiendas de la franquicia. Las reacciones fueron violentas, de consternación e incluso llamaron a la policía, porque aquello que se evidencia de modo directo como hicieron ellas es visto de forma negativa, pero no hicieron más que representar lo que habían mostrado en su anuncio: mostrar el objeto sexualizado, deseado pero no deseante. 

¿Solo podemos aspirar a un cuerpo y cara bonitos? Por supuesto que no, pero no es más que con el acto y la reivindicación que podemos mostrar que la imagen es violenta, manipuladora y que codifica nuestra vida más de lo que pensamos. Mientras que sigamos viendo ciertas actitudes machistas como algo natural y peor aún, no lo percibamos, harán falta más actos como los de Yolanda Domínguez, más actitudes humorísticas y valientes que nos acerquen al diálogo y el entendimiento. Porque el humor y la inteligencia hacen más por la igualdad que mostrarse enfadada. La ironía rompe estereotipos y el arte puede ayudar a que llegue a todo aquel que quiera escuchar.