Revista Cintilatio
Retrato de Friedrich Nietzsche en 1882
Gustav-Adolf Schultze | Dominio público

Friedrich Nietzsche: el filósofo de la decadencia de Europa

El filósofo de la decadencia de Europa
Friedrich Nietzsche
El filósofo alemán creía en la posibilidad de romper con la concepción racional de Occidente heredada de los griegos, que fuera cuestionada y superada. La lógica debía sumirse en una anarquía y aceptar las contradicciones y las pasiones del ser humano.
Por Elena Trinidad Gómez | 15 octubre, 2020 | Tiempo de lectura: 3 minutos

Toda voluntad intempestiva nace con una intención de cambio, o eso al menos es lo que pensaba Nietzsche sobre las modificaciones sociales. Friedich Nietzsche nació en el municipio alemán de Röcken el 15 de octubre de 1844 y fue bautizado por su propio padre —que era pastor—, que fuera tutor de las tres princesas de Altemburgo. La madre de Nietzsche, Franziska, se las apañó para proteger y sacar adelante a él y a sus hermanas cuando el padre cayó enfermo. Vivió una plena libertad en su infancia y fue el primer contacto vital que tuvo con las mujeres, esas que le marcaron durante toda su vida y que quedó reflejado en el famoso aforismo «el hombre ama dos cosas: el peligro y el juego. Por eso amo a las mujeres, el más peligroso de los juegos». En 1851 se mudó a Naumburgo donde experimentó toda la época de convulsión por los levantamientos libertarios en una ciudad con una gran burguesía y que marcó gran parte de su pensamiento filosófico.

Fue, como es conocido, un hombre con infinitas enfermedades: estos dolores se convirtieron en parte de su modo de vida, y la escritura en su única forma de viajar de un lado a otro. Apenas tenía unos veinte minutos al día para conseguir escribir con plena lucidez e intentaba condensarlo todo en aforismos. En 1879 escribió dos libros, uno menos relevante como es El nacimiento de la tragedia y poco tiempo después, Humano, demasiado humano; el cual se convertiría al tiempo en una de sus obras más importantes y aclamadas. Poco a poco fue aislándose de la sociedad viendo la poca repercusión que tenían sus escritos, cayendo en la plena subjetividad de sus actos y haciendo de su cada vez mas profunda locura, su modo de expresión.

Podemos decir que Nietzsche es uno de los filósofos con más repercusión fuera de las paredes de la academia, un literato capaz de condensar la crítica a la religión cristiana, «el superhombre» o el nihilismo con una escritura de una gran belleza.

Así habló Zaratustra se convirtió en su libro más célebre y también el más manipulado a lo largo de la historia, ligándolo al antisemitismo de Hitler debido a las manipulaciones que practicó la hermana de Nietzsche —Elisabeth F. Nietzsche— cuando se hizo dueña de todos sus volúmenes, después de que en 1889 su hermano se sumiese en las sombras de la locura dejando un gran legado de obras. Poder eliminar del imaginario colectivo la imagen antisemita del filósofo alemán ha sido un trabajo complicado que ha llevado décadas de reinterpretación y de dejar de lado en las ediciones modernas las introducciones que Elisabeth realizó a lo largo de los años, dándole realmente la visión clara y verdadera de la que partía.

Podemos decir que Friedrich Nietzsche es uno de los filósofos con más repercusión fuera de las paredes de la academia, un literato que consiguió condensar conceptos como la crítica a la religión cristiana, «el superhombre» o el nihilismo con una escritura de una gran belleza y fuerza. ¿Es en su propia concepción de la decadencia de la Europa de su momento la que atrae a tantos lectores jóvenes y no tan jóvenes? Podemos considerar que cierta decadencia de la que habla se repite hoy en día, que el ser humano se ve reflejado en esas palabras que escribió hace ya ciento cincuenta años. Sus textos siguen perpetuando porque se convierten en una radiografía de la existencia que se repite una y otra vez. ¿Cuántas veces se ha luchado contra aquello que criticaba Nietzsche? ¿Hemos roto con las cadenas de nuestra tradición como pedía? Pasan los años y la figura del filósofo decadente sigue más viva que nunca.