Mamoru Hosoda
«Tengo la esperanza de que las generaciones de hoy hagan buen uso de las nuevas tecnologías»

Mamoru Hosoda es uno de los grandes nombres dentro de la animación oriental. Fundador de Studio Chizu, ha dirigido ya una buena cantidad de obras imperecederas —La chica que saltaba a través del tiempo (2006), Summer Wars (2009), Los niños lobo (2012), Mirai, mi hermana pequeña (2018)— hasta llegar a la deslumbrante Belle (2021), película que nos sirve de punto de partida para reunimos en una breve charla y que nos da, si es que eso era posible, la oportunidad de admirar todavía un poco más a un cineasta de mirada única.

Belle es, sin lugar a dudas, una de las películas de anime más emocionantes de la temporada —y puede que algo más que eso—. Enmarcada en un mundo en el que convive la ciencia ficción con el drama más intimista y explorando temas universales como la identidad o el miedo a la pérdida, el cineasta japonés no da puntada sin hilo en una película mayúscula —para más datos, aquí nuestra crítica completa— y transformadora. Para que quede constancia de ello, y con la emoción a flor de piel, acudo a mi cita con el cineasta desde el Festival de Sitges, donde nos espera sonriente y humilde para charlar sobre su película y sobre las reflexiones que plantea acerca de un mundo en el que parece que la tecnología es constantemente el enemigo: «seguramente soy de los pocos directores que trata internet de una forma positiva», comenta dándome la razón cuando le digo que veo Belle como un filme que le toma el pulso a los tiempos, a diferencia de otras obras contemporáneas que demonizan las redes sociales o la tecnología.

Siguiendo esa línea, sigue comentando: «la historia de internet tiene veinticinco años, y yo he estado trabajando con él como tema principal desde hace ya veinte, empezando con Digimon Adventure. Tengo la esperanza de que las nuevas generaciones se den cuenta de que es una herramienta que, si se hace buen uso de ella, se puede usar para destruir el mundo clásico y construir uno nuevo». Aunque, en cierto modo, también reconoce que no todo es un camino de rosas, y que hay que trabajar duro para alcanzar el mejor resultado: «sí que es cierto que existen problemas con, por ejemplo, Facebook o las fake news, y es comprensible que se quiera tratar de una forma negativa, pero tengo la esperanza de que las nuevas generaciones hagan buen uso de estas tecnologías y que creen así un ecosistema nuevo».

Captura de Belle, la última película de Mamoru Hosoda.

«Internet es una herramienta que, si se hace buen uso de ella, puede destruir el mundo clásico y construir uno nuevo». Mamoru Hosoda

Hablando de la potencia de su última obra, de la emoción que es capaz de imprimir a sus personajes a través de la animación, comenta que «en Belle, la protagonista es una chica introvertida que se crea un personaje dentro de un mundo virtual que es más fuerte que ella misma. Este personaje influye en la chica introvertida de la vida real y la hace convertirse, finalmente, en una mujer más fuerte». Una explicación, por otra parte, que conecta directamente con el respeto y el sentido de la responsabilidad con que Mamoru Hosoda retrata a los personajes femeninos en su cine, con un carácter valiente e independiente que mejora en todos los aspectos posibles una representación algunas veces estereotipada. En esta línea, sigue: «lo que quiero reflejar en esta película es que una persona, un personaje, tiene dos mundos: uno real y uno virtual. Durante estos últimos veinte años internet ha ido evolucionando, y lo que es la vida real y la vida irreal online se han ido acercando bastante, llegando al punto de que podemos decir que son dos cosas muy similares».

Poco me queda salvo quitarme el sombrero ante un cineasta de mirada única que fue todo amabilidad, todo sonrisas y todo emoción en los pocos minutos que pudimos compartir en mitad de una apretada agenda que incluía, entre otras cosas, la recepción del merecidísimo Gran Premio Honorífico del Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya. Desde esta cabecera, le deseamos la mejor de las suertes con esa obra, ya imperecedera, que es Belle y lo dejamos marchar entre muestras de gratitud, recordando esa pregunta que le formulaba sobre si su película es una respuesta a la negatividad tecnológica que suele ser habitual en el cine o en los medios de comunicación en los tiempos que corren, y pensando que, llegado el momento, solo quiero empaparme de su humildad y su optimismo y responder en la misma dirección: teniendo fe en las generaciones del hoy. Gracias, maestro.

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