The Souvenir
El relato de los recuerdos de Joanna Hogg
• País: Reino Unido
• Año: 2019
• Dirección: Joanna Hogg
• Guion: Joanna Hogg
• Título original: The Souvenir
• Género: Drama, Romance
• Productora: Distribuida por A24. Productor: Martin Scorsese. Coproducción Reino Unido-Estados Unidos; BBC Films, BFI Film Fund, JWH Films, Sikelia Productions, Protagonist
• Fotografía: David Raedeker
• Edición: Helle le Fevre
• Reparto: Honor Swinton Byrne, Tom Burke, Tilda Swinton, Ariane Labed, Richard Ayoade, Jack McMullen, Jaygann Ayeh, Frankie Wilson, Jake Phillips Head, Chyna Terrelonge-Vaughan, Fabrizio Matteini, Hannah Ashby Ward, Richard Tree
• Duración: 119 minutos
• Festival de Sundance: Premio del Jurado - Mejor película (World Cinema) (2019)
• País: Reino Unido
• Año: 2019
• Dirección: Joanna Hogg
• Guion: Joanna Hogg
• Título original: The Souvenir
• Género: Drama, Romance
• Productora: Distribuida por A24. Productor: Martin Scorsese. Coproducción Reino Unido-Estados Unidos; BBC Films, BFI Film Fund, JWH Films, Sikelia Productions, Protagonist
• Fotografía: David Raedeker
• Edición: Helle le Fevre
• Reparto: Honor Swinton Byrne, Tom Burke, Tilda Swinton, Ariane Labed, Richard Ayoade, Jack McMullen, Jaygann Ayeh, Frankie Wilson, Jake Phillips Head, Chyna Terrelonge-Vaughan, Fabrizio Matteini, Hannah Ashby Ward, Richard Tree
• Duración: 119 minutos
• Festival de Sundance: Premio del Jurado - Mejor película (World Cinema) (2019)
Programada en la décima edición del Atlàntida Film Festival, «The Souvenir» nos cuenta una historia autobiográfica de su directora Joanna Hogg sobre las relaciones tóxicas en la juventud en el Londres de los años ochenta.
Son bien conocidas por todos las grandes fiestas que se realizaban en la casa del gran mito del feminismo Virginia Woolf. A inicios del siglo XX, la autora de obras como La señora Dalloway (1925) o Al faro (1927), se mudó al barrio londinense de Bloomsbury junto a algunos de sus hermanos tras la muerte de sus padres, donde forjaron una especie de centro de reuniones para intelectuales, artistas y figuras de la política. Un lugar donde la élite intelectual se juntaba, debatía sobre el conocimiento y el concepto de la belleza, y organizaba fiestas donde poder alcoholizarse y llegar al estado más elevado del ser. Gente culta, bien educada, más o menos acomodada, alejada de la clase obrera predominante del Londres de aquella época. Un mundo parecido es el que refleja The Souvenir (Joanna Hogg, 2019), una película casi autobiográfica de su directora Joanna Hogg, en el que una mujer estudiante de cine intenta hacerse camino en el Londres de los años ochenta. Julie, una chica tímida y culta, de familia de clase media-alta, vive con su compañero de piso en una casa pequeñita en el centro de Londres, en el que comparten intereses artísticos y organizan reuniones de amigos en un ambiente bohemio. En mitad de la fase de creación de lo que va a ser su primera película, conoce a Anthony, un hombre diez años mayor que ella, culto y rodeado de un halo de misterio que embelesa a la ingenua Julie, embarcándola así en una espiral de obsesión.
Julie, nuestra joven protagonista, inexperta e ingenua.
Flamante ganadora del Gran Premio del Público de la pasada edición del Festival de Sundance, ahora formando parte del programa del festival de cine online más importante de nuestro país, el Atlantida Film Festival —con diez años de historia, y ahora en compañía de la plataforma Filmin—, The Souvenir se ha convertido en una de las grandes joyas indie del año. Con la británica Tilda Swinton como gran representante, en el que su hija Honor Swinton Byrne encarna nada más y nada menos que a la protagonista, es una película que se va cociendo a fuego lento hasta llegar al momento en el que todo cobra sentido, construyendo un relato sobre relaciones tóxicas, la sensación de «estar perdida» cuándo tienes veinte, y cómo es el proceso creativo de desarrollar una película de autor y cómo esto evoluciona con las vivencias personales.
The Souvenir es una gran película que gana tanto por el tono con el que describe una situación terrorífica, como por el fantástico trabajo de dirección de Joanna Hogg que siempre sabe poner la cámara en el sitio correcto.
Una de las primeras escenas de la película nos muestra a los protagonistas —Julie y Anthony— vislumbrando una pintura denominada The Souvenir (Jean-Honoré Fragonard, 1778) que nos muestra a una joven doncella tallando en un árbol lo que parece ser un mensaje de amor. A Julie le parece que la doncella está triste, según Anthony, en cambio, parece determinada. Así, la británica Joanna Hogg nos abre su baúl de los recuerdos, contándonos una historia basada en una relación que tuvo ella a los 20 años, cuándo no era más que una estudiante de cine. Eso explica la cotidianeidad con la que relata la historia, la fluidez que se alterna con los «espacios en blanco», como si fuesen recuerdos que van pasando por nuestra mente. Es extraordinario como Hogg va construyendo poco a poco —sin prisa, pero sin pausa— una historia de amor peculiar, que va evolucionando a una relación de dependencia absoluta entre los dos protagonistas, en el que lo asfixiante se exacerba en ese diminuto piso en el que vive Julie. Como bien indica Mireia Mullor en su análisis para el portal Fotogramas: «los espejos, que siempre se acaban colando en los planos, parecen convertir el piso de Julie en un constante juicio a una misma»[1]. Además, la directora británica trabaja en este caso —como en todas sus obras anteriores— con un guion que da pie a la improvisación, favoreciendo lo que se conoce como «fluidez discursiva», a través de la cual, con muy pocas líneas de dialogo, los actores pueden desarrollar tanto las conversaciones como las reacciones de sus personajes con total naturalidad. Eso explica las conversaciones un tanto superfluas con las que nos encontramos en el filme que a pesar de aportar mucha humanidad y sencillez, a veces afectan a la fluidez del mensaje que quiere transmitir la película.
Las pocas apariciones de Tilda Swinton como la madre de nuestra protagonista nunca dejan indiferente.
La trama central de la relación entre Julie y Anthony se apoya en muchos otros temas que trata la película. Uno de los más interesantes es la de la lucha de clases. A pesar de tratarse de una historia basada en los años ochenta, tiene un aura atemporal. Julie podría ser una moderna más del siglo XXI, una chica culta y bien educada, pero que debido a su vena artística, prefiere vivir en un «piso-zulo» en mitad de Londres rodeándose de otros futuros artistas, en vez de seguir viviendo en la enorme mansión del campo en la que viven sus padres. Podría ser cualquier chica de Malasaña, que a pesar de su procedencia de familia de clase alta, empatiza de alguna forma con la clase obrera, y siente la necesidad de contar sus historias y proclamar los derechos sociales, aunque siga viviendo de la paga de sus padres. Es curioso el diálogo que mantiene con uno de sus profesores, hablando sobre los medios que va a requerir para producir esa primera película que sueña con rodar, a pesar de que ella ni se ha planteado ningún presupuesto. Una actitud de una chica ingenua con un origen acomodado como ella. La vena artística de la protagonista hace también que entendamos ese tinte trágico con el que se nos retrata la historia de amor. Sin embargo, ese tinte trágico es justamente lo que a veces nos distancia de la historia que nos quiere contar Hogg, haciendo que la conexión con la protagonista no sea tan sencilla.
Muchas de las escenas de la película se dan alrededor de mesas, en las que Hogg utiliza diferentes planos para buscar los distintos puntos de vista.
La labor de Honor Swinton Byrne —con su madre Tilda Swinton en el paradójico papel de la madre de su personaje— y Tom Burke en The Souvenir es magnífica. Esa capacidad de improvisación en una debutante como Byrne transmite un talento innato en la actriz, que es capaz de aguantar todos los primeros planos que le echen. Joanna Hogg confesó en una entrevista que buscaba a una persona «de la calle» más que a una actriz, alguien más como ella, «con cierta timidez, que se encontrara más cómoda detrás de las cámaras que delante de ellas»[2]. Cuando se encontró con la hija de Swinton —antigua amiga de la infancia— supo al instante que debía ser ella. Tom Burke también está fantástico como ese hombre peculiar, con halo de misterio, que vuelve loca al personaje de Byrne. Encarna a la perfección a ese perfil de hombre que a primeras parece tener un mundo interior impresionante, pero que en realidad toda esa fachada esconde una persona llena de problemas e inseguridades.
The Souvenir es una gran película que gana tanto por el tono con el que describe una situación terrorífica, como por el fantástico trabajo de dirección de Joanna Hogg que siempre sabe poner la cámara en el sitio correcto. Lo mejor es todo ese mundo que construye Hogg con lo que parecen, a simple vista, muy pocos elementos. Lo peor, que el perfil bohemio y artístico de los protagonistas nos dificulte conectar con la historia que se nos está intentando contar. Ya está en marcha una segunda entrega, en la que supuestamente la cineasta quiere ahondar en las consecuencias que ha dejado dicha relación en Julie. Así que seguiremos atentos.
- Mullor, M. (2019, 13 noviembre). «The Souvenir»: Una joya «indie» de relaciones tóxicas y memorias disfuncionales. Fotogramas. https://www.fotogramas.es/festival-de-cine-europeo-de-sevilla/a29749366/the-souvenir-pelicula-joanna-hogg-critica/[↩]
- Kellaway, K. (2022, 8 febrero). Joanna Hogg and Honor Swinton Byrne: ‘We should tell whatever stories we like’. The Guardian. https://www.theguardian.com/film/2019/aug/18/joanna-hogg-the-souvenir-film-interview-honor-swinton-byrne-tilda[↩][↩]