Vetusta Morla
MSDL – Canciones dentro de canciones

Vetusta Morla lleva a cabo un ejercicio de honestidad en su último trabajo.

Vetusta Morla - MSDL - Canciones dentro de cancionesSi existe una banda española dentro del panorama musical alternativo actual capaz de tomarse la licencia de lanzar una suerte de reedición de un disco ya publicado —sin que esto parezca un movimiento puramente comercial— esa es Vetusta Morla (Tres Cantos, Madrid, 1999), pues a lo largo de los más de veinte años que llevan de carrera nos han demostrado disco tras disco que no dejan de ser alternativos, publicando siempre de la mano de su propia discográfica. Lo que hace la banda madrileña a raíz de su último trabajo (Mismo sitio, distinto lugar, Pequeño Salto Mortal, 2017) es publicar una reinterpretación canción por canción de este disco que tiene por nombre MSDL – Canciones dentro de canciones (Pequeño Salto Mortal, 2020). Guille Galván (principal compositor de la banda) ha trasladado en varias ocasiones la idea de que Vetusta Morla entiende el concepto de canción como un ser vivo que muta con el tiempo y que puede significar algo diferente según el momento en que es interpretada y/o escuchada, así como también puede variar dependiendo del estado vital o emocional en el que se encuentre cada cual. No hay que olvidar que estamos hablando de una banda cuyas letras —a lo largo de sus cuatro discos de estudio propiamente originales— siempre han dado pie a múltiples interpretaciones; teniendo en cuenta esto, el trabajo que hoy tenemos entre manos adquiere aún más sentido si cabe. Se puede entender como un ejercicio de honestidad con ellos mismos y con su público al llevar al plano técnico y musical las reinterpretaciones que, como artistas, han sabido extraer de su propio trabajo previo.

Un disco que en cierta forma ya conocíamos, pero con el que la banda nos invita a una revisión y a una reinterpretación en el plano musical cuyos resultados son muy satisfactorios y que se puede disfrutar como un trabajo completamente nuevo y diferente.

Estas «canciones dentro de canciones» vienen con nuevos arreglos musicales; algunos cortes se asemejan bastante a los originales (Deséame suerte) y otros pueden ser entendidos casi como canciones completamente diferentes (23 de junio). No obstante, en todos los temas podemos percibir una instrumentación fresca y acorde a la otra parte de la ecuación que complementaba el lanzamiento de este trabajo: la gira por teatros o auditorios, que ha sido finalmente cancelada debido a la situación de crisis sanitaria que vivimos. En La Ciclotimia tuvimos la oportunidad de acudir a uno de los cinco conciertos que llevaron a cabo (Auditori del Fórum, Barcelona, 8 de marzo) antes de tener que frenar en seco la gira y, al final —teniendo en cuenta el tipo de concierto que era— decidir cancelarla definitivamente. Desde nuestra experiencia podemos decir que se trataba de un espectáculo de corte intimista (la audiencia permanecía sentada todo el concierto) y preciosista en el que sobre las tablas, aparte de los músicos, se incluía a dos personas que jugaban y controlaban el decorado y llevaban a cabo una especie de obra teatral que giraba en torno a las canciones, a la par que hacían las veces de técnicos del material utilizado sobre el escenario. Nos quería transmitir la banda la importancia de las personas frente a la cada vez más incipiente mecanización de nuestro entorno. Y, por si no quedaba claro, el propio Pucho (vocalista) hacía un alto en el camino para explicarle esto a la audiencia de manera explícita. Es una pena, pues, que el grueso de la gira que la banda tenía preparada se vea afectada definitivamente, ya que entendemos que el lanzamiento del disco y el directo que proponían con motivo del mismo eran las piezas de un puzle que, ensambladas, formaban un conjunto magnífico.

No quiere decir esto que no se pueda disfrutar de la pieza a nivel auditivo, y cabe decir que hasta a nivel material, pues una vez más, Vetusta Morla apuesta fuertemente por el formato físico (recordemos las láminas transparentes con las letras de las canciones que venían en el formato físico de su Un día en el mundo, o las postales de su disco Mapas) y nos presenta su trabajo en una edición única de CD y vinilo que resulta muy vistosa.

Para los curiosos: cabe decir que el nacimiento de este disco empezó a vislumbrarse en La Quinta de Torre Arias, en Madrid, unos pocos días después de que la banda diese su concierto más multitudinario hasta la fecha en la Caja Mágica, en junio de 2018 y ante aproximadamente 40.000 personas que acudieron para verlos a ellos en exclusiva. Fue en este parque madrileño y en un concierto sorpresa (dentro del marco de Los Veranos de La Villa) llevado a cabo ante unos pocos afortunados en el que la banda se dio cuenta de que, a nivel musical, las canciones de su último trabajo tenían lecturas diferentes y paralelas y que tenían todo el sentido del mundo como canciones propias.

En definitiva, estamos ante un disco que en cierta forma ya conocíamos, pero con el que la banda nos invita a una revisión y a una reinterpretación en el plano musical cuyos resultados son muy satisfactorios y que se puede disfrutar como un trabajo completamente nuevo y diferente. Vetusta Morla lo vuelve a hacer, vuelve a regalarnos una pieza sublime bebiendo sin tapujos de su anterior disco. Nos cuesta imaginar quién más podría hacer algo similar hoy en día.


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