Revista Cintilatio

Reseña | Jorja Smith / Lost & Found

There's choosers, there's takers, There's beggin' heartbreakers
Jorja Smith / The One
Lost & Found
De Jorja Smith
La artista británica debuta con un disco sobresaliente en todos los sentidos, que insufla nueva vida a la escena R&B.
Por David G. Miño x | 24 abril, 2020 | Tiempo de lectura: 4 minutos

Parece que ya nada suena tan puro como antes, o quizá es que los géneros y las etiquetas se han quedado pequeños con el paso de los años. Parece imposible encontrar en nuestros días referentes mediáticos del calado de los Michael Jackson o las Madonna que nos robaban las horas en pasadas décadas, pero es que cabe la posibilidad de que ese modelo de artista sea, a día de hoy, un anacronismo. Cuando hablamos de R&B, de soul, de reggae, ya no nos referimos a Prince, a Aretha Franklin, a Bob Marley; sino a fusiones, a sonidos enriquecidos unos a otros que crean nuevos modos de entender la música, de entender el modo de comunicarnos mediante ella.

Quizá sea que Jorja Smith (Wallsall, Reino Unido, 1997), a pesar de ser definida como la gran promesa del R&B internacional, ya no necesite pagar el peaje del género musical para entregar un álbum sobresaliente, como resulta ser este Lost & Found del que hablamos hoy.

La artista inglesa deja la impronta de su procedencia en su debut discográfico, aportando sensaciones británicas a un sonido fresco e inspirador, como esa maravillosa dicción o esa elegancia compositiva que no busca el hit fácil. Sus cualidades vocales, además, se encuentran entre lo perturbador y lo tranquilizador, como en una calma que precede a la tempestad. Sobresale por la sensibilidad con la que canta y pronuncia, con esos calados de voz, los cambios de registro perfectos y una respiración que actúa como un elemento más del disco, ahogando y dando aire con la misma facilidad. 

Evidentemente, resulta imposible no hablar en este punto de sus influencias, aquellas de las que no puede huir: Amy Winehouse y Rihanna. De las dos, tan lejos de ella en forma y fondo, toma prestado mucho estilo lírico. Las vueltas que da en esa magistral Blue lights recuerdan a la Rihanna más seria y menos comercial, aunque con ese punto de identidad que Smith consigue imponer en cada sílaba que pronuncia. De la diva caída en desgracia, por otro lado, toma el sentimiento, lo rasgado, lo inefable. Aquello sobre lo que no se puede escribir pero que, al escucharlo, sabes que está ahí; le podemos llamar talento, duende o nosequé, pero lo inevitable es no caer presa de su hechizo.

Jorja Smith tiene algo que no se puede medir, que desaparece en el momento en que se pretende transformar en algo tangible.

A pesar de todo, su grandeza y carisma escénico nos obligan a nombrar también a Lauryn Hill, esa artista paradigmática que definió una época con tan sólo un álbum en solitario —The Miseducation of Lauryn Hill (1998)—. Jorja Smith tiene la capacidad y, lo más importante, la calidad para ser esa nueva potencia musical y estética que, como un ciclón, desordene un panorama estancado. De Hill recoge un testigo que trasciende lo puramente musical —aunque también su rebeldía hip hop—, y con el paso de los años podremos mirar hacia atrás, y ver en este Lost & Found la pureza fundacional de una artista en su génesis.

Musicalmente es una maravilla atemporal: esos coros con los que adorna gran parte del álbum, como en la emotiva y arrebatadora Wandering Romance —qué despliegue interpretativo, qué final—; las cadencias inconclusas, los fraseos, las cuerdas, la tremenda letra de The One —probablemente, la gran obra maestra del álbum—; la emoción y la sensibilidad que se extraen de su voz en Blue Lights —una pieza clave que alcanza con facilidad el estatus de indispensable—. Es fácil detectar en cada uno de los cortes un cariño enorme por mantener la apuesta muy alta; la británica supo rodearse de un equipo de producción muy potente —Cadenza, Jeff Kleinman, Joel Compass, Ben Joyce…— que le aportó gran consistencia sonora sin restarle un ápice de personalidad.

En lo estrictamente literario, sus letras sorprenden por la madurez retórica —insospechada dada su juventud— a la vez que conmueven por su contenido de mirada benigna y clara, de inocencia suspendida: se atreve con relaciones tóxicas, con romances perdidos, con realidades sociales, y en su voz siempre hay verdad. Tiene un sentido de la identidad propio, y es algo que no podemos más que agradecer y valorar.

Jorja Smith tiene algo que no se puede medir, que desaparece en el momento en que se pretende transformar en algo tangible. Sirva Lost & Found como muestra de lo que será capaz de hacer en el futuro, solo esperando estar ahí ese día para recogerlo como si fuese oro puro.