Revista Cintilatio
Hayley Williams en el Rock im Park 2013 en Nuremberg, Alemania.
Sven-Sebastian Sajak | CC BY-SA 3.0

Hayley Williams: más fuerte que nunca

Sometimes it's good to be the bigger person, but I'm so small I can't compare.
Hayley Williams / Dead Horse
Más fuerte que nunca
Hayley Williams
Hayley Williams sorprende en 2020 con un álbum en solitario cargado de pureza y verdad en el que nos lleva de viaje por todas las emociones que ha ido guardando desde su inmersión en la industria musical al frente de Paramore.
Por Salomé Medina Lorente | 27 diciembre, 2020 | Tiempo de lectura: 4 minutos

Pasen los años que pasen, el nombre de Hayley Williams va a estar estrechamente relacionado con la banda estadounidense de rock alternativo Paramore, que durante tantos años ha acompañado a legiones de adolescentes (y no tan adolescentes) alrededor del mundo desde su formación allá por 2004. Pero desde principios de 2020 ya no hay más Paramore, y no es que se hayan separado Zac Farro, Taylor York y la propia Hayley, sino que Williams decidió dar luz verde a sus propias creaciones con nombre y apellido, y con gran apoyo de los otros dos miembros tanto en la dirección de los videoclips como en la producción del álbum o la composición de las letras.

En los últimos años numerosas bandas han tenido a la cabeza una mujer, como es el caso de Lynn Gunn de PVRIS o Chrissy Costanza de Against the Current; pero podríamos casi asegurar que la pionera en hacer que las bandas de pop rock o pop punk que precedieron a Paramore tuvieran a una frontwoman fue Hayley Williams.

El álbum como solista Petals for Armor (2020).

Petals for Armor (2020) es su álbum como solista, una magnífica carta de presentación sobre todo lo que Hayley venía guardando durante algo más de una década dentro de Paramore, y también fuera de él. Todos los que alguna vez han seguido su música saben algo sobre aquellos años convulsos por los que atravesó la banda cuando los hermanos Farro se fueron —Zac volvió en 2017—, y desde hace unos pocos años, la depresión que venía arrastrando la cantante y que fue bastante severa después de la gira del álbum After Laughter (2017), cuando se dio el parón definitivo de la banda.

En su primer álbum como solista podemos escuchar en Simmer cómo se enfrenta a diversos tipos de abuso que ha vivido y cómo maneja toda la rabia que ha ido acumulando; o en Dead Horse, en cuyo principio y a través de lo que parece ser una grabación de contestador, con el ladrido del perro de fondo que le da mucho más realismo y cercanía para empatizar con la cantante, dice: «Perdón, me ha llevado tres días enviarte esto pero —duda—… perdón, tenía depresión, pero estoy intentado salir ahora de ella».

Cada canción es una subida y bajada emocional, nunca antes Williams se había abierto tanto en canal para expresar todo lo que llevaba dentro sin darle ese toque canalla porque, como muchos otros grupos de principios o mediados de los 2000, Paramore era aquella banda para adolescentes, de estética emo, con pelos de colores, letras amargamente tristes o agrias que se bailaban con un ritmo desenfadado, y con unos videoclips que eran una gran puesta en escena  —como Misery Business o Decode, esta última formando parte de la película Crepúsculo (Catherine Hardwicke, 2008)—.

«Mi perro es la única razón por la que estoy viva, porque él hubiera esperado que llegara a casa, sin importar qué»

Toda esta montaña emocional, laboral y privada fue lo que empujó a Hayley a encerrarse para crear, quizás como algo más que la terapia a la que ha estado acudiendo, y enfrentarse a ella misma en busca de la paz musical que Paramore parecía no haberle dado desde los inicios, cuando se metió de lleno en la industrial musical siendo solo una adolescente volcada en su pasión. En una entrevista en Apple Music con el DJ y presentador de televisión Zane Lowe a principios de 2020 para promocionar el álbum, y antes de que el coronavirus parase toda presencialidad, Williams habló sobre su enfermedad mental y cómo Petals for Armor (2020) era prácticamente un viaje emocional necesario.

Los que han seguido desde aquel All We Know Is Falling (2005) a Paramore y a Hayley, saben la gran evolución musical que se ha dado en estos quince años de letras y conciertos alrededor del mundo. Lo que ha hecho Williams ha sido reinventarse una y otra vez, darle un empujón a Paramore para sorprender álbum tras álbum, explorando nuevos ritmos y estilos sin perder esa esencia que podríamos calificar de semi-oscura —triste pero llena de color—; y aunque ella llegó a perderse en todo ese exitoso proceso, ahora ha vuelto más fuerte que nunca. Nos va a costar desligar a Williams de Paramore, porque nunca ha renegado de él, pero sí, Hayley Williams ha vuelto para quedarse y no es una locura decir que su música es un propio género, sin esconderse detrás del nombre de ninguna banda.