Tetris
| Venga por los videojuegos, quédese por el thriller político
La película del escocés Jon S. Baird, protagonizada por un magnífico Taron Egerton, sabe unir las piezas del biopic, el drama, la comedia, la historia o el thriller político para confeccionar un filme tan emocionante como entrañable.
La emperatriz rebelde
| Anacronismo y liberación
Marie Kreutzer se toma el derecho autoral como aliado para hacer una sátira crítica hacia la corona mediante la reinvención de la historia de Isabel de Austria y su marido Francisco José I. Obra anacrónica y rompedora que no deja indiferente a nadie.
Suro
| Arrancarlo todo
Debutando en el largometraje, Mikel Gurrea ofrece una obra contenida y de gran belleza estética, que se muestra firme a la hora de trabajar sobre sus premisas y que nunca llega a caer en la manipulación o la exageración.
Nop
| ¿Y tú qué miras?
Jordan Peele constata ser una de las mentes más creativas del fantástico actual con un desconcertante wéstern cósmico entre Moby Dick y el mito de Medusa. Cargado de tensión, color, acción galopante, siempre activista y ese humor y metaguiños tan suyos.
Broker
| Unidos en mitad del camino
Como de costumbre, Hirokazu Koreeda saca a relucir su mirada reconfortante y cálida en un precioso drama lleno de ternura. Protagonizada por un Song Kang-ho excepcional, la película toca el corazón mientras vuelve su mirada sobre la familia.
El agua
| Por los ríos de la soledad
La película de Elena López Riera es una mirada inmortal a la soledad y a la comprensión del deseo y la tierra que, protagonizada por unas inmensas Luna Pamiés y Bárbara Lennie, destaca como una obra poética, atmosférica y nebulosa.
Apples
| A hacer lo que toca
Christos Nikou gusta de esas atmósferas de relaciones humanas enrarecidas de Yorgos Lanthimos, algo cómicas, pero con mayor sensibilidad. Desde la amnesia, imita la impaciente sociedad de redes, que hasta en pandemia nos dicta qué vivir.
Benedetta
| Territorio profanado
El cineasta neerlandés no escatima en imaginario y se lanza a la crítica a la iglesia más iconoclasta que ha podido componer. La censura y la decisión sobre el propio cuerpo adquieren valor central en una película gamberra, divertida y memorable.